Según las estadísticas del Ministerio del Interior, el robo de motos ha venido en aumento. Esto lógicamente supone que es una actividad muy rentable. Según fuentes anónimas, en este negocio es una cadena.

Así se tiene en primer lugar al perpetrador, quien vende a un intermediario. Este a su vez actúa como “deshuesador”, o contrabandista, y el consumidor final.

Así, en el proceso “robo de autos” intervienen varios protagonistas, hasta llegar al consumidor final. Los que actúan como intermediarios es donde se encuentran la mayor cantidad de organizaciones  involucradas. Sin duda, es una situación alarmante, pero que se puede contrarrestar teniendo protegido el vehículo.

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El perpetrador, clave en el robo de motos

Como dato curioso, en forma general, el robo es perpetrado por varios ladrones. En número de dos a cuatro, dependiendo del tipo de moto. Es bueno saber que la mayoría de los robos no son al azar, sino que son por encargo.  Los robos ameritan de un seguimiento de la moto y su propietario, para conocer la rutina y escoger el sitio donde será perpetrado el robo.

Estos perpetradores, son bandas organizadas, donde cada integrante tiene una función específica. Así se tiene que uno de ellos es responsable de elegir la moto a robar. Otro hace el seguimiento de la rutina del dueño, en la casa, el trabajo o los sitios de distracción.

Este seguimiento incluye la investigación del edificio o sitio de aparcamiento de la moto. Así analizan la presencia de porteros y cámaras de seguridad. Según sea la complejidad de la vigilancia, es posible que la moto seleccionada sea desechada. También se analizan los movimientos de los vecinos.

En quipos de dos ladrones utilizan furgonetas donde introducen las motos robadas. También están equipados con herramientas y accesorios para violar los aditivos de seguridad. Así como también cortar cadenas e inutilizar alarmas las cuales son prácticas comunes en el robo de las motos.

Existe una vinculación con las bandas que actúan como intermediarias, pero este vínculo desparece al momento de hacer la entrega. A su vez, estos intermediarios proporcionan un listado con los requerimientos. El precio que se cobra depende del tipo de moto y de la complejidad del robo, pero el mínimo por norma es de 400 euros.

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Los intermediarios

Diferentes organizaciones criminales actúan en el robo de motos, generalmente con diferentes objetivos. Desde comercializadores de piezas, contrabandistas, equipos de competición, hasta particulares. Estos encargan motos especificas a las bandas de perpetradores.

Así se tiene, que la venta de piezas, es la actividad que más genera robos de motos. Estas bandas hacen los encargos, en función a la demanda de piezas y accesorios en el mercado negro. Según cifras de las aseguradoras, en España, cada día se roban alrededor de 120 motos, lógicamente las más robadas son las más vendidas.

El mercado negro de piezas inunda el internet. Las motos son recibidas de los perpetradores, generalmente en galpones o talleres clandestinos. Allí son “deshuesadas” en pocos minutos. Estas se ofrecen por internet en portales y la entrega, previo pago, suele suceder mediante empresas de mensajería, evitando así los riesgos.

En consecuencia, el negocio de partes y piezas es un negocio lucrativo. Las piezas son ofrecidas con un 10% o 20% de rebaja, sobre el precio original. También existe la modalidad en que empresas anuncian la compra de motos siniestradas. De esta forma adquieren la documentación legal y montan las piezas provenientes del robo.

En el caso de contrabandistas, las motos robadas en España, tiene como principal destino Marruecos. Estas bandas de contrabandistas llevan bien sea motos enteras o piezas. El traslado es por carretera, para ello utilizan camiones chatarreros de metales “inservibles”, donde ocultan las motos.

El consumidor final

En el caso de los equipos de competición, también encargan por modelos y marcas específicas. Las piezas son utilizadas para reemplazar las dañadas o disponer en stock del equipo. Estos prefieren las motos de grandes cilindradas entre 600 cc y 1000cc. En estos casos el beneficio económico, está en el ahorro, pues estas piezas originales, suelen ser caras.

En el caso de particulares, es el menos dado, en virtud a que requiere habilidades especiales. Normalmente es un particular que tenga una moto averiada, con su documentación en regla. La moto robada es utilizada para extraerle las piezas y ponerlas en el chasis con la documentación legal.

Otro caso de particulares, es el que compra las piezas “de buena fe”. Internet ha contribuido a la legalización de piezas robadas. De allí el auge de esta modalidad de venta, pues es más fácil y con mejores precios. Hay grupos de Facebook, donde motos robadas son vendidas por menos del 20% del valor de mercado.

Estos casos “especiales” de ventas de las denominadas “motos crudas”, el comprador conoce la procedencia de la moto. Quien es atrapado con una moto robada, se le abre un expediente por “aceptación sospechosa de elemento”. Si la moto proviene de un robo agravado o asesinato, pasa a ser sospechoso o cómplice. Todo esto es clave sobre el robo de motos en España.

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robo de motos

¿Qué hacen las autoridades ante el robo de motos?

En este sentido, la actividad policial, está más orientada a la recuperación de la moto que a la prevención. La prevención está limitada a dar recomendaciones a los motorizados, sobre medidas para evitar el robo. Entre estas medidas está la colocación de accesorios anti robos, alarmas, candados y cadenas. Sin duda, son acciones que previenen el robo de motos en España.

También se dan recomendaciones sobre los sitios de aparcamiento, de preferencia con cámaras y vigilantes. Que sean sitios bien iluminados y concurridos. Y fijar la moto a estructuras inmobiliarias, como postes. Es decir que la prevención pasa por la desconfianza.

En cuanto a las actividades de recuperación, los cuerpos policiales realizan operativos especiales. Estos operativos han logrado desarticular bandas organizadas. Así también, los cuerpos policiales actúan por denuncias específicas. Como por ejemplo, casos de victimas que localizan su moto por geolocalización y avisan a la policía.

Aun cuando robar significa apropiarse de lo ajeno, legalmente se clasifican como hurtos o robos. Los artículos 234 al 242 del código penal regulan este tipo de comportamiento, allí se diferencian hurtos de robos y faltas de delitos.

Así se tiene, que hurto es cuando el objeto es sustraído, sin que el propietario advierta la sustracción. Por otro lado, el robo se comete mediante la violación de la seguridad del objeto. También se tipifica como robo, cuando se comete con intimidación o violencia contra el propietario.

En relación a la calificación de falta o delito, está basada en el valor del bien. En este sentido, cuando el valor del bien es de cuatrocientos euros o menos, es Falta de hurto. Pero cuando el bien tiene un valor superior a los cuatrocientos euros, es tipificado como delito.

En relación a las penas, estas varían de acuerdo al tipo. La falta de hurto, tiene pena de multa o localización permanente de 4 a 12 días. Mientras que si es delito de hurto tiene de seis meses a tres años de prisión, dependiendo de si es básico o agravado.

En cuanto al robo de motos, la pena es de tres años cuando se fuerzan las cosas. Pero si hay intimidación o violencia, la pena es de tres años y medio a cinco años.